Conocer, planificar, controla y difusión: gestión del patrimonio cultural

El patrimonio cultural es un concepto dinámico y multidemensional. Actualmente somos las personas, constituidas como sociedad, quienes decidimos qué es patrimonio cultural y qué no lo es. En consecuencia, decidimos que debe ser protegido.

Además, los profesionales en gestión del patrimonio cultural nos enfrentamos a un reto: Ofrecer una definición que represente a toda la actividad profesional en patrimonio cultural y determinar su alcance. Una definición académica, y ampliamente aceptada, propone que gestión del patrimonio cultural es el conjunto de actividades destinadas a la protección y difusión de los bienes culturales.

Convencionalmente se aceptan cuatro actividades las reconocidas como principales en gestión del patrimonio cultural: Conocer, planificar, controlar y difundir.

Conocer

Los países que cuentan con mucho patrimonio cultural, por norma general, poseen interés por conocer qué bienes son, dónde y cómo están, quién es el titular o propietario, qué usos recibe, qué riesgos corren,…

Este conocimiento es el punto de partida de toda actividad de gestión ya que permitirá jerarquizar los bienes según su importancia o relevancia.

Como ejemplo de actividad para conocer el patrimonio cultural que nos rodea son la Lista de Patrimonio Mundial y las declaraciones de manifestaciones culturales singulares. En España existe la figura jurídica de Fiesta de Interés Turístico para reconocer públicamente el valor de celebraciones singulares.

Planificar y controlar

Son muchas las acciones posibles en planificación como la programación de normativas sobre patrimonio cultural, estimaciones financieras (presupuestos), contribución en la ordenación territorial, evaluaciones de impacto ambiental,… Las acciones de control en patrimonio cultural se centran en la lucha contra el expolio.

Difusión

Las actividades de difusión son las encargadas de vincular el patrimonio cultural y sociedad. Estas colocan a las personas y los valores humanos en el centro del patrimonio cultural.

La vía formal (educación reglada) se presenta insuficiente ya que son escasos los contenidos relativos a patrimonio cultural en los programas educativos. Es en la modalidad no formal (o no reglada) donde la difusión toma protagonismo y especial interés.

No obstante, trabajar en difusión del patrimonio cultural implica, además de acciones profesionales de difusión, realizar pedagogía del patrimonio cultural (enseñar a las personas a conocer, valorar y disfrutar el patrimonio cultural).

Existen dos grandes tipos de difusión del patrimonio cultural: Aquella en la que se emplea directamente el bien cultural y la que no lo hace. En ambas categorías las acciones de difusión son casi incontables (visitas, actividades didácticas, conferencias, encuentros, conciertos, publicaciones o virtualización del patrimonio, entre otras.)

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