Descubrir, aprender o el mero entretenimiento son motivaciones propias de todo aquel que decide entrar y sumergirse en una exposición
Unas veces por placer, otras por simple curiosidad, este tipo de muestras han enriquecido la oferta de ocio y recreo de la vida de cada persona dispuesta a experimentar nuevas sensaciones.
No todas las exposiciones suelen ser placenteras
No todas las exposiciones suelen ser placenteras, pues las exigencias y gustos personales abarcan un abanico de posibilidades muy amplio, pero si son capaces de transmitir sentimientos bien sea de pasión, euforia o rechazo.
El proceso de creación es un trabajo riguroso y son varios los factores que superar
En muchos casos, es difícil no relacionar un evento o efeméride de gran importancia, con la existencia de la creación de una gran exposición para engrandecer la fecha. De ahí que la pasión con la que se trabaja y el desarrollo del talento creativo suela ser abrumador.
El proceso de creación, es un trabajo riguroso y son varios los factores que superar; objetivos, trámites y papeleos, el tiempo para su organización, incidencias como así, el más importante, desde mi punto de vista, la opinión pública.
Un buen trabajo y organización del proyecto expositivo siempre obtendrá buenos resultados, sobre todo a la hora de trasladar emociones en el espectador. Emociones que son transmitidas a través de piezas delicadamente seleccionadas, textos, imágenes o audios.
Obviamente todo este proceso de emisión de impresiones final conlleva un duro proceso anterior de creación.
Un buen trabajo y organización del proyecto expositivo siempre obtendrá buenos resultados
Partimos de un brainstorming, al que le sigue la elección de una idea organizada. Tras ésta, un estudio exhaustivo sobre la materia, es la base para la creación de contenido y puesta en común en la designación de un hilo conductor. Mucho más delicada es la labor de selección de piezas que enriquezcan y apoyen visualmente la exposición.
Textos para los paneles expositivos, textos para las vitrinas y cartelas, textos para folletos y fotografías realizadas expresamente para el catálogo de piezas, que corona como la guinda final toda la labor realizada en la exposición.
Y hasta aquí el trabajo divertido y poético que a todo amante del patrimonio le gusta desarrollar, pero una exposición conlleva también un trabajo tedioso, ese que no gusta a todos, vulgarmente llamado “papeleos”.
Peticiones formales, consentimientos apalabrados y puesta en marcha del proceso se alargan en el tiempo, hasta que se consigue la designación de las piezas. Piezas que tasadas o no, necesitan un sistema de embalaje y traslado especial que encarece la cuantía presupuestal.
Una cuantía que asciende y se refleja en la propia tasa del seguro de cada una de las piezas de la exposición. La labor de búsqueda de las empresas más idóneas es igual de exhaustiva como complicada, pues de igual modo que una madre busca la mejor guardería para sus hijos, las entidades prestadoras quieren los mismos cuidados para sus tesoros.
La labor de búsqueda de las empresas más idóneas es igual de exhaustiva como complicada
Aceptados los presupuestos ¡llega la hora del montaje!
La creación de soportes y vitrinas, como así una correcta disposición del recorrido, es tan minucioso como divertido. Colocamos esta pieza aquí, y aquella allá siguiendo un riguroso trasfondo significativo como así sentido común, los panelajes con los textos, hasta que ¡voilà! Nuestra exposición está lista para su inauguración y presentación mediática.
Por Venssa Cogolludo, Licenciada en Humanidades, Guía oficial de turismo, amante de la historia y del arte.
En Proyectos Culturales diseñamos y realizamos exposiciones. Y, por supuesto, nos encargamos de todo lo que te hemos contado en este artículo. Sí te interesa diseñar o realizar una exposición ¡no dudes en contactarnos!
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